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Estos principios pueden ser comparados con nuestra salud y la forma en que nos sentimos. Muchas personas han sufrido crisis a lo largo de sus vidas, podríamos poner como ejemplo las crisis de dolor de espalda. Ante una primera crisis, resolvemos el problema tomando analgésicos o, en casos más graves, medicamentos más fuertes e incluso infiltraciones, especialmente si somos atendidos en el servicio de guardia de un hospital. Pero, ¿y si esa crisis vuelve a aparecer con más dolor y por un poco más de tiempo? Digamos, por ejemplo, cada seis meses o un año. La presencia de una crisis repetida, al igual que con los neumáticos desgastados o la grieta en la pared, puede llevarnos a pensar que hay una causa subyacente. A menudo, la causa subyacente puede ser un desajuste en nuestra columna vertebral, que a su vez genera problemas en nuestro sistema nervioso. Entonces, ¿qué señales de advertencia podría indicar que hay algún tipo de problema en nuestra columna vertebral? Los síntomas más comunes son: dolor de espalda, ciática, dolor de cadera, músculos tensos, dolor de cuello, dolores de cabeza o mareos, dolor en las articulaciones, etc. Cada uno de ellos podrían ser tratados de forma individual, preocupándonos sólo por aliviar el dolor o hacer que los síntomas desaparezcan; pero la mejor solución sería, sin duda alguna, detectar la causa del problema, para así, concentrarnos en encontrar una solución definitiva. De la misma manera que alineamos nuestro coche y arreglamos los cimientos de nuestra casa.La quiropráctica no trata los síntomas...corrige la causa que los provoca.
¿Parche o arreglo definitivo?
En muchos aspectos de la vida nos encontramos en momentos donde tenemos que tomar decisiones sobre si preferimos buscar una solución rápida, poniendo un parche, o tomarnos la molestia y el esfuerzo para encontrar una solución permanente y segura.Si nos damos cuenta de que uno de los neumáticos de nuestro coche está gastado, la primera reacción sería sustituir el neumático por uno nuevo. Pero, si en seis meses el mismo neumático vuelve a encontrarse gastado, mientras que el otro permanece intacto, ¿nos conviene estar continuamente sustituyendo el mismo neumático una y otra vez, o deberíamos pensar que puede haber un falto de alineación en el coche? Al alinear el eje y luego reemplazar el neumático, estamos resolviendo el problema a largo plazo. Lo mismo podría decirse de una grieta persistente en la pared nuestra casa.
¿Prefieres rellenar de yeso y pintar la grieta cada seis meses o prefieres abordar el problema buscando el origen del mismo en los cimientos de la casa? Si optamos por la segunda opción, la grieta desaparecerá para siempre.
